miércoles, 26 de agosto de 2015

18. A saludar la muerte



            Aquel día se despliegan unas naves de las tan nombradas en mi historia; era la visita de un general con alto rango cuya misión era darles ánimos, aumentar nuestra autoestima y orientar mas a los nuevos soldados en la vida militar, sobre todo que la mayoría les tocaría ir directamente a las zonas ocupadas al adversario, incluso otros deberían soportar la guerra misma, ya que en esas fechas aun no obteníamos el control total contra el enemigo. Estaba acompañado de mas personal, incluyendo psicólogos, terapeutas, asesores y los infaltables religiosos oportunistas de siempre. Esos que animan a los seres humanos a matarse en nombre de sus "dioses". Esa semana no hubo entrenamientos físicos, ni de armas, vehículos, ni nada, solo el habitual horario de levantarnos y asistir a estas charlas, especialmente la mas importante era con el encargado de . . .la situación laboral, es decir preguntábamos cuánto nos pagarían, y detalles como si moríamos o fuéramos heridos a quien dejarle nuestras créditos, quién se haría cargo de nosotros, etcétera.
            En mi caso solo conocía a una amiga y esta ya ni se comunicaba conmigo, era Trendy aquella norteña donde se mira el cielo y se ve lo hermoso que debe ser el exterior deste planeta mal habido.
            Pero ¿Y Mystysiva? Era imposible por ser ella casada. Así que opté por preparar mi documentación para ser atendido (en caso me llegara a suceder algo terrible) por una institución de asistencia social relacionada con la misma a la cual me enviaron aquellos días en que me sacaban de la postración de mi encierro en casa.
            Pensé en mis dos primos, pero ¿querrían ellos atender a quién les quitó a sus padres?
            En un memorable y muy emocionante discurso (al menos para nosotros) este famoso general (y futuro político), de edad avejentada, pero aspecto jovial nos declamaba frases como estas:
            —"Ustedes reclutas deberán prepararse para el servicio al exterior, ya ven como nuestras naciones necesitan de Ustedes, necesitamos de sus servicios, así como yo, mi familia y el mas pequeño e inseguro ser, incluyendo al postrado, los inválidos y los indigentes de nuestras patrias, necesitamos de Ustedes porque vosotros seréis los que nos traeréis lo que es nuestro y haréis que en cien años mas nos sintamos orgullosossss de nosotrosss mismosss" aquí usaba la expresión propia de nuestra joven generación que ya iniciaba a modular el idioma alargando las palabras.
            —"Servimos a nuestros hogares, nuestras patrias para el desarrollo geopolítico de la Alianza; deberán ser fuertes. Sé que vendrán días terribles, aun son jóvenes y así como irán creciendo, madurando en edad, en vivencias personales, también los harán en su servicio como ciudadanos honestos y valerosos, pero así como en la vida nunca nos resultarán todas nuestros sueños, en su servicio militar al país habrá momentos de debilidad , desaciertos, actitudes incluso de cobardía , pero deberán superarlas. Cuando uno caiga, el otro lo levantará, la camaradería es nuestra verdadera fe y con ella —aquí hizo una pausa ya que él como ateo, pero astuto político al fin debía recordarlo— y Dios deberemos comportarnos firmesss y honestosss hasta el fin."
            —"Al final del día jamás dejen una tarea inconclusa. Sea cual sea el resultado de esta, deberán cumplirla y cuando esta acabe piensen en su tierra, en sus familias, en sus parejas, en esas personas amadas a las cuales un día volverán y cuando lo hagan que sea con la cabeza en alto, con el corazón íntegro y las manos de la voluntad de carácter. Muchas gracias."
            Esa mañana eran las 12 del día cuando irrumpimos en aplausos ante las fuertemente sencillas, humildes palabras de este general, nos causó mas emoción que las ramplonas, estúpidas, hasta groseras frases del capi-capo y otros comandantes. Por eso, años mas tarde era mi costumbre votar por él en las elecciones parlamentarias, claro que como era ingenuo no sabía que él no sería el resto de su vida un HONESTO ciudadano, pues terminó siendo un importante P.O.L.Í.T.I.C.O. . . .bueno, ya saben ustedes y creo que en un siglo mas cuando lean mi historia entenderán lo que insinúo sobre esta gente de poder en nuestras sociedades.
            Los demás jefes, como el maldito cerdo que ahora instalado en uno de los asientos principales, pero ahora en un extraño y oscuro cuarto lugar, debía soportar con rabia el ser retirado del primer lugar como jefe del campamento y es que el jefe de este no sería él recordado con "cariño", ¡no que va! Este miserable ya lo detestábamos ya que Antártico se había hecho muy respetado y querido por los demás, además Milashka lo odiaba y ella era terrible de fuerte carácter, es mas, era increíble como evitaba encontrarse con ella, ya que un enfrentamiento, en el cual ella sería dada a retiro, pero él sería aun mas odiado por los demás y Milashka sería la heroína por atreverse a desafiarlo, Algo que los demás, incluso los varones "fuertes de carácter" no se atrevían.
            Pero aunque esos días finales llegaban a su fin y este arenga patriótica aunaban mis ganas de servir en la fuerza militar, lamentablemente sabía mi destino: la evaluación, hecha por el miserable ese, me dejaría fuera del servicio. Sería seguramente uno de los pocos que no alcanzarían el estatus como capacitados para el servicio al exterior y obviamente para tratar de llegar a ser tripulante de esas naves.  Así aquel día era triste para mí; pareciera como si mi vida era una TRISTEZA diaria.
            Durante meses hubimos de soportar unos mas otros menos la tensión de este ambiente desagradable, al final incluso se habían formado hasta grupos antagónicos y por supuesto su bestia del miedo: ese era yo a quien tildaban de traer la "mala suerte", un estigma que me seguiría hasta el final de mi vida en este trabajo.
            Y mas encima entre el capi-capo y los dos asistentes que intentaban hacerme el matonaje para que renunciara, aunque mas bien me ayudaron ¿ayudarme? Sí porque me formaron un carácter mas fuerte para con los demás.
            Solo dos amigos había conocido y los había perdido al mismo tiempo, sufrí la presión del maldito cerdo aquel que ahora, aunque ya ni siquiera nos dirigía la palabra, sabía que aun ostentaba un poder terrible: él incidiría en la redacción de las calificaciones de los reclutas. Sabía que todos días sufridos en este campamento habían sido para ¡NADA! Al final solo terminaría con suerte en un cargo dentro del continente y no sería destinado a ninguna función en el exterior, que me permitiera acceder a esa gran cantidad de créditos que harían de mí un ciudadano con una estabilidad económica que me permitiera ir a la universidad a estudiar lo que tanto anhelaba.
            Al terminar solo Milashka se acercó a conversar ¡Ah! si, además una compañera y con las orejas abiertas discretamente escuchando uno de los malditos soplones del capi-capo.
            Esa tarde un compañero me indica que mañana debíamos presentarnos ante el capi-capo y ya esperaba el desenlace, seguramente me increparía, se burlaría de mi y me indicaría la mala evaluación de mi cómo recluta. Sería su venganza del maldito ese.
            Pero nunca llegaría esa entrevista.
            Al salir del recinto de la cena, algo atontado estaba, es que nos habían permitido beber vino.
            Ya oscureciendo y caminaba hacia nuestras lugares para dormir  acompañado por otro compañero, distante unos 200 mt. cuando una pequeña nave elevadora pasó y volvimos  la vista, al mirar hacia el cielo notaba las estrellas y la oscuridad de la noche hacia el Oeste, hacia el fondo otros módulos de habitaciones y al centro las instalaciones de los jefes y oficiales. El acompañante me indicó algo extraño, algo que me hizo recordar la casa donde vivía con mi abuela: aquella especie de neblina negra, que discretamente se abatía sobre ese recinto donde habitaba el capi-capo. Activamos nuestras cámaras para un acercamiento, pero mas tarde no aparecía esa neblina en las grabaciones. Alguien nos llamó,
            —¡Ey cadetes! ingresen ya, mira que debemos acostarnos temprano porque mañana entrevista personal con el capi-capo.
            Pero el día siguiente nunca llegó para el jefe y esa tarde sucedió lo increíble. Era una mañana de viernes.